Mucho se ha hablado sobre los beneficios físicos de practicar Pilates con consistencia. Ha quedado más que demostrado el gran aliado que este tipo de ejercicio puede ser para mejorar la condición general de nuestro cuerpo.
En esta ocasión queremos reflexionar un poco sobre las ventajas, quizás menos tangibles, pero igual de importantes, que nos brinda el incorporar Pilates a nuestra rutina.
Sabemos que hacer ejercicios, en general, nos hace sentir bien.
Por dedicarnos el tiempo, hacer el esfuerzo y superar cada vez los propios límites de elasticidad, fuerza y control.
A esto se suma que, cuando comienzan a notarse los cambios en nuestro cuerpo, nuestra confianza naturalmente se fortalece. Más allá de los resultados que vemos, nos sentimos seguros por lo que nos sabemos capaces de lograr.
Es una forma genial de socializar sin tener que recurrir a los deportes en grupo, que no son aptos para todo el mundo.
Desde el punto de vista clínico, Pilates puede ayudar en el tratamiento de la depresión y la ansiedad al ofrecer esta oportunidad de socializar y de cambiar los niveles de sustancias químicas en el cerebro (serotonina, cortisol y endorfinas), proporcionar una distracción de los pensamientos negativos, liberar el estrés, mejorar la atención plena y ayudar a crear una rutina de auto cuidado.
Hablando de atención plena, al realizar formas automatizadas de ejercicio, como correr en una máquina, el cuerpo puede estar funcionando pero el cerebro no está activamente involucrado. Pilates requiere que reclutes a tu cuerpo y tu mente simultáneamente. Cuando aprendemos un nuevo ejercicio o modificación, esto desafía al cerebro a aprender una nueva habilidad, manteniendo la mente comprometida en todo momento. Así se favorece la memoria y se mejora la concentración.
Nos ayuda a afinar la percepción que tenemos de nuestras cualidades, oportunidades y capacidades.
Esto puede parecer algo banal, pero el auto conocimiento es el punto de partida de cualquier tipo de desarrollo personal y uno de los principios básicos para la regulación emocional, la adaptación al entorno, la consecución de metas y la relación con los demás.
Ileana de la Guardia
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