Cuando nos damos mil excusas

Cuando nos damos mil excusas

Clases de Pilates en Panamá

¿Has pensado en comenzar a hacer Pilates? conversas con tus amigos, buscas información en Internet, ves videos, cotizas, consideras los horarios…pero no logras tomar el primer paso.

Nos justificamos cuando nos sentimos inseguros.

“Ya lo haré”. “Ahora no es el momento”. “Es que no quiero salir”.

“Es que no puedo hacerlo desde casa”.

Veamos las emociones y las suposiciones que nos sabotean a la hora de comenzar una rutina nueva de Pilates.

“No soy lo suficientemente joven/ flexible/ atlético”.

Por el contrario. Casi cualquier persona puede y le resulta bien hacer clases de Pilates en Panamá.

Siempre que tengas el visto bueno de tu médico (en caso de tener alguna condición de salud), el método Pilates tiene la ventaja de que puede ser adaptado a cada cuerpo y necesidad.

Si tienes dudas, te recomendamos tomar un par de clases privadas al inicio, mientras dominas los principios básicos.

Muy pronto te darás cuenta de todo lo que sí puedes lograr.

“Se ve muy difícil”.

Con tantas fotos de mujeres y hombres sonrientes manteniendo la plancha “perfecta” con magnífico control y gracia, no es sorpresa si nos sentimos un poquito intimidados.

Pero, como mucho de lo que ves en las redes, esa toma artística probablemente fue cuidadosamente ensayada y definitivamente no es lo que pasa en nuestras clases de todos los días.

Somos personas normales con dolores, escoliosis, fibromialgia, diabetes, diástasis abdominal, artritis y muchos temas más.

Y todo eso lo traemos a cada clase, que siempre es diferente porque se adapta a cada persona que la toma.

Para todo hay una primera vez y recordamos muy bien cómo se sienten las primeras clases, mientras pruebas ese nuevo nivel de conexión con tu cuerpo. Es como montar bicicleta: te tambaleas un poquito al principio, pero cuando lo dominas, se siente increíble.

“Me da pena”.

Es decir, siento que “no soy coordinado, tengo unas libritas de más, voy a hacer el ridículo…”.

Estos son pensamientos que pueden pasmarnos.

No tienes nada de qué preocuparte, ya que en una clase de Pilates solo la instructora te está mirando- ¡y te mira con admiración y con cuidado!.

En The Pilates Studio, el ambiente es de apoyo y ánimo, nunca de juicio. 

Y es que para que haya Pilates, tiene que haber concentración, pura y dura.

Cada estudiante se vuelca un poco a su mundo interior, escuchando las instrucciones de cada ejercicio y realmente enfocándose en dónde, cómo y cuándo apretar o estirar.

“No tengo ganas”.

Sabemos cómo se siente.

Si estamos deprimidos, desanimados, letárgicos, sin fuerzas es un gran reto ganarle al cerebro…y al sofá.

Ayuda recordar que se comienza muy suavemente, con estiramientos y movimientos controlados y seguros que te llevarán poco a poco a ir subiendo tu energía.

Reconoce la resistencia que pone tu mente, que prefiere que te quedes en tu zona de confort.

Piensa: solo por hoy.

Solo 50 minutos. Vamos suave, desde una serenidad sin expectativas, a ver qué tal, cómo está mi cuerpo, qué me permite hacer hoy.

Aunque hacer ejercicio sea lo último que nos provoca, Pilates es una de las mejores maneras de recuperar esa energía vital que está faltando.

Te costará un poquito al principio, pero es solo para arrancar…luego el impulso te llevará solo.

Lo que queremos decir con todo esto es que a veces, cuando siguen apareciendo este tipo de excusas, vale la pena mirar más de cerca nuestras emociones para comprender la raíz de nuestros temores.

Solo así lograremos dar el primer paso hacia recibir el tiempo de calidad y salud que merecemos.

Regresar al blog