A lo largo de la vida, los diferentes factores ambientales, sociales y sobre todo emocionales, el sedentarismo, las tareas cotidianas, el ritmo acelerado al que estamos acostumbrados y la inexistencia de ejercicio físico en más del 60% de la población, pueden ser la causa del incremento del estrés en la actualidad.
Si tienes o sientes esa sensación de nerviosismo, agitación o tensión, aumento de la frecuencia cardíaca, respiración más acelerada (hiperventilación), sudoración, fatiga o cansancio, no logras conciliar el sueño, si sueles tener problemas para concentrarte o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual, puede que estés teniendo síntomas de ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
Es un estado emocional caracterizado por sentimientos de temor, tensión y sufrimiento ante un peligro real o imaginario que se supone va a suceder.
El estrés y la ansiedad son respuestas normales del organismo ante un peligro inminente o la percepción del mismo. Permiten generar la alerta y activación necesarias para hacer frente a estos peligros o amenazas y buscar soluciones. Sin embargo, se convierten en un problema cuando se vuelven demasiado intensas o desproporcionadas al estímulo que las precipita, demasiado duraderas o demasiado frecuentes. Por ese motivo, cuando estas emociones, se mantienen en el tiempo, acaban generando problemas psicofisiológicos, como el insomnio.
¿Pero, a qué se debe el insomnio?
Las razones pueden ser múltiples, pero casi todas se deben a problemas emocionales que no sabemos resolver o que consideramos que no hemos resuelto a tiempo. Esta sensación es la que finalmente provoca en nuestro organismo uno de los peores enemigos del ser humano, el estrés, que no solo provoca falta de sueño, sino también la sensación de cansancio constante, disminuyendo de manera exponencial la actividad cerebral y el rendimiento físico y mental de las personas. El insomnio es una de las razones del fracaso escolar y baja actividad laboral.
¿Cómo podemos callar la mente y conciliar el sueño?
Lo primero en lo que tenemos que pensar es que el insomnio es un problema principalmente emocional, pero que puede convertirse rápidamente en físico. La mejor opción para tener un sueño reparador es meternos en la cama cansados...y qué manera más sana de cansarse que practicar deporte? Toda práctica deportiva es eficaz para combatir el insomnio, ya que incrementa la producción de noradrenalina, mejora la autoestima y capacidad cerebral, calma la ansiedad y libera químicos de la felicidad (endorfinas), que crean una sensación de bienestar, lo que ayuda a conciliar el sueño.
Pero si el deporte en general no ha sido la solución, quiero presentarte una modalidad de bajo impacto, que estimula el organismo y además te ayudará a crear conciencia corporal: el Pilates.
El Pilates es un método que conecta la mente con el cuerpo en ejercicios creados para involucrar a la totalidad del ser, es uno de los mejores ejercicios que podemos practicar para conciliar el sueño. Gracias a la correcta respiración, alineación y patrones de movimientos eficientes, se logra realizar estiramientos y ejercicios que permiten una relajación final que favorecerá a la recuperación del sueño. También influiremos en la mejora de todo nuestro organismo; la conciencia y control del cuerpo, los hábitos posturales, el equilibrio de la mente y el cuerpo nos permitirán mejorar nuestra calidad de vida física y tener la mente mucho más fresca para superar los problemas del día a día.
Lo ideal en tu práctica deportiva es escuchar y respetar siempre el nivel de tu cuerpo, controlar tu energía interna a través de la respiración a tal grado que te permita lograr concentrarte y fluir con el ejercicio, que te ayudará a estar más en el presente y hacer que la oxigenación en tu cuerpo se logre de manera más efectiva. Con las prácticas de bajo impacto tales como Pilates o yoga, lo logras activando tu respiración, concentración y coordinación, manteniendo de esta manera el equilibrio entre comodidad y reto, necesarios para controlar la ansiedad.
La mayoría de los ejercicios nos ayudan a estar en el momento presente, pues hacen que nuestra atención se vaya a lo que le está pasando en nuestro cuerpo de una manera positiva. Además, si cuando realizas ejercicio tu atención no está en lo que realmente está sucediendo a tu alrededor y te pierdes entre tus pensamientos, notarás que te cansas más rápido y que no lo disfrutas.
Lo más importante es hacer actividades que disfrutes, siente en tu práctica como se mueve tu cuerpo al ritmo de buena música, despreocupándote del reloj, midiendo tu propia capacidad, respirando con conciencia, manteniéndote en el aquí y el ahora. Solo entonces, el ejercicio te ayudará a sanar.
Lo que necesitas en una etapa transitoria es mover tu cuerpo y liberar la energía acumulada dentro y si puedes hacerlo mientras disfrutas de tu “aquí y ahora” ¡habrás ganado la batalla!
Si estás listo para probar, te recomiendo una clase introductoria privada:
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Ft. Marian Montilla