La semana pasada, dos amigas me contaron que estaban con dolor de cuello, o tortícolis. No me sorprende que diciembre, mágico diciembre, con su clima, tráfico, compromisos, exigencias, retos logísticos y demás bellezas nos afecte de esta manera, justo en el lugar donde el estrés tiende a acumularse.
Un ambiente tenso o simplemente sentirse abrumado en general puede causar dolores en el cuello.
A veces, el dolor se presenta después de un “mal movimiento”, sin embargo, el problema suele venir desde antes. Gran parte del dolor de cuello se debe a una mala postura y a la falta de movimiento y flexibilidad.
Por ejemplo, si trabajas encorvado sobre tu escritorio 👩🏻💻 (o celular) con la cabeza hacia adelante, puedes fatigar y tensar los músculos de tu cuello, hombros y espalda.
Según Wikipedia.com, “la cabeza humana pesa normalmente…de 6 a 7 kilos aproximados en un adulto medio”. ¡Más de 12 libras! Sostener ese peso requiere una combinación de flexibilidad y fuerza en la espalda, los hombros y el abdomen.
Para mi, el cuello también es un punto débil y he sido propensa a contracciones musculares dolorosas, casualmente antes de eventos importantes, viajes o momentos de preocupación. Sé lo que se siente: la molestia y el dolor son abrumadores. Tanto, que da miedo moverse.
En mi experiencia, funciona comenzar con almohaditas calientes por intervalos de 10-20 minutos en el lado del cuello que me duele. Luego fisioterapia y apenas me siento mejor, regreso a The Pilates Studio, para fortalecer y estirar.
Te recomiendo que uses tus clases en The Pilates Studio para mantenerte libre de estrés.
La prevención vale más, es más agradable y te brinda tantos beneficios más que tener que improvisar, gastar o medicarte 💊 cuando ya estás sufriendo.
Preséntate a clases de Pilates con la intención de concentrarte en cada movimiento 🧘🏻♀️. Tu instructora fisioterapeuta hará el resto.