El Pilates es un ejercicio que se centra en la alineación corporal, la fuerza del core, la flexibilidad y el control mental. Muchas personas que practican Pilates experimentan sus beneficios, como un cuerpo más tonificado y una mente más relajada.
Sin embargo, algunos practicantes pueden sentir mareos al hacer Pilates o sentirse aturdidos después de una clase. Te contamos por qué ocurre y cómo puedes evitarlo.
Razones Por Las Que Puedes Sentir Mareos al Hacer Pilates
Aunque es poco común, existen varias razones por las cuales esto puede ocurrir, y entenderlas puede ayudar a prevenirlo en el futuro.
1. Respiración inadecuada
En Pilates, la respiración es fundamental. Los ejercicios suelen ir acompañados de instrucciones sobre cómo inhalar y exhalar de manera controlada.
La respiración ayuda a mantener la energía, el enfoque y la estabilidad. Cuando un practicante no respira correctamente, ya sea por contener la respiración o por respirar de forma superficial, se puede alterar el equilibrio de oxígeno en el cuerpo, lo que puede generar mareos al hacer Pilates.
Es importante seguir las instrucciones de respiración de la clase y asegurarse de que el flujo de aire sea constante, especialmente durante los movimientos más desafiantes o cuando se mantiene una posición por más tiempo.
Consejo: Siempre recuerda respirar profundamente, inhalando por la nariz y exhalando suave y completamente, por la boca, de manera controlada. Si sientes que tu respiración se entrecorta, haz una pausa y retoma el ritmo.
2. Cambio rápido de posiciones
El Pilates, al igual que otras disciplinas, implica movimientos en los que se transita rápidamente entre diferentes posiciones, como pasar de estar de pie a estar acostado o de estar sentado a estar inclinado.
Estos cambios repentinos de postura pueden afectar temporalmente la circulación sanguínea, especialmente si la presión arterial es baja. La sangre puede tardar un poco en llegar al cerebro, lo que provoca esa sensación de mareo. Esto es más común cuando una persona está fatigada o si su sistema cardiovascular no está completamente adaptado a este tipo de movimiento.
Consejo: Los cambios de posición deben realizarse siempre de manera lenta y cuidadosa. Por ejemplo, al pasar de estar acostado boca arriba en el Reformer a estar sentado, debes primero girar el cuerpo completamente, tocar el piso con los pies y apoyarte de la hombrera para incorporarte, lentamente.
Si eres nuevo en Pilates o sientes que los cambios rápidos de posición te afectan, avísale a tu instructora.
3. Deshidratación
La deshidratación es una de las causas más comunes por las que una persona puede sentir mareos al hacer Pilates o cualquier otra actividad física. A pesar de que el Pilates no es tan intenso como otras formas de ejercicio, aún requiere que el cuerpo se mantenga bien hidratado para funcionar correctamente.
La deshidratación afecta la circulación sanguínea, lo que puede dificultar que el cerebro reciba suficiente oxígeno. Esto puede provocar mareos, aturdimiento e incluso desmayos, especialmente al ponerse de pie rápidamente.
Consejo: Antes y después de la clase, es importante mantenerse bien hidratado. Si te sientes mareado, haz una pausa, toma un poco de agua y espera un momento antes de continuar con la práctica.
4. Baja en el nivel de azúcar en sangre
El Pilates, al ser una actividad física que requiere concentración y esfuerzo, puede hacer que el cuerpo consuma energía rápidamente. Si un practicante no ha comido adecuadamente antes de la clase, su nivel de azúcar en sangre puede caer, lo que lleva a la sensación de mareo o debilidad.
Consejo: Comer algo ligero y saludable, como una fruta o porción pequeña de proteína al menos 30 minutos antes de la clase, puede ayudarte a mantener un nivel de energía constante y evitar que te sientas mareado.
5. Fatiga y sobreesfuerzo
Como cualquier actividad física, el Pilates puede resultar en fatiga si no se realiza dentro de los límites del cuerpo. Algunas personas pueden sentirse tentadas a hacer más repeticiones o trabajar más duro para lograr mejores resultados, lo cual es completamente comprensible, pero si el cuerpo no está acostumbrado al esfuerzo, el exceso abrupto de actividad puede provocar mareos.
Consejo: Si sientes que te estás esforzando demasiado, pide un ajuste a tu instructora para reducir la intensidad o tómate un descanso. Escuchar a tu cuerpo es clave para evitar lesiones o mareos al hacer Pilates.
6. Problemas de equilibrio y postura
Los ejercicios de esta disciplina requieren un control preciso del cuerpo, y muchas veces el equilibrio y la alineación son factores clave.
Si un estudiante no mantiene la postura adecuada o tiene problemas de equilibrio debido a una debilidad en el core, la tensión en el cuerpo puede interferir con el flujo sanguíneo normal, y sentir mareos al hacer Pilates podría ser una consecuencia de esto.
Consejo: Asegúrate de mantener la postura indicada durante todos los movimientos. Si no estás seguro de si lo estás haciendo bien, no dudes en preguntar a tu instructora para obtener correcciones en tiempo real.
Muchas veces, la mejor opción es comenzar con clases privadas, mientras aprendes y dominas los principios básicos de la técnica y ganas mayor control sobre tus movimientos.
7. Condiciones médicas preexistentes
En algunos casos, las personas pueden sentirse mareadas debido a condiciones médicas preexistentes, como problemas de presión arterial, diabetes o trastornos vestibulares. Estas condiciones pueden influir en la circulación sanguínea o el equilibrio, y pueden ser un factor importante al realizar ejercicios.
Consejo: Si tienes una condición médica preexistente o sospechas que puedes tenerla, es esencial hablar con tu médico antes de comenzar una práctica de Pilates o de cualquier otra disciplina deportiva. Asegúrate de que el ejercicio sea adecuado para ti y discute con tu instructora cualquier precaución especial que debas tener en cuenta.
El Pilates es una excelente práctica para mejorar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio, pero como cualquier otro tipo de ejercicio, es importante practicarlo de manera segura y responsable.
Si experimentas mareos al hacer Pilates, asegúrate de revisar tus hábitos de respiración, hidratación y alimentación, y no dudes en hablar con tu instructora sobre cualquier ajuste que pueda hacer para ayudarte.
Al tomar precauciones y escuchar a tu cuerpo, podrás disfrutar de todos los beneficios del Pilates sin que los mareos interfieran con tu práctica.